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XXVII Encuentro Nacional de clubes de antiguos y clásicos 2015

Septiembre no es un mes con días festivos en el calendario colombiano; pero el club ACLA de Medellín se encargó de que entre el viernes 4 hasta el lunes 7 se sintiese así: dicha entidad antioqueña que conmemora su primer medio siglo fomentando la afición desde Medellín, celebró sus bodas de oro organizando la vigésima séptima edición anual del Encuentro Nacional de Clubes de Automóviles Antiguos y Clásicos, esta vez a las afueras de la ciudad de Pereira en las instalaciones del Hotel Sonesta, por el sector de Cerritos.

Textos e Imágenes: Camilo Ernesto Hernández Rincón

Especial para:  www.carrosyclasicos.com

 

Definido el encuentro de marras desde el año anterior en Paipa (Boyacá) a cargo en ese entonces del club bogotano JARRAS, más que un homenaje al club pionero de Antioquia, fue una oportunidad de lujo para exhibir una muestra no muy grande pero si bien representativa de algunos de los mejores carros patrimoniales de Colombia en tierras cafeteras. Desde luego que la logística fue organizada desde Medellín; pero muchas gestiones recayeron en uno de los coleccionistas y restauradores más reputados del país, oriundo de la capital risaraldense.

El resultado fue la asistencia y permanencia de cerca de cincuenta ejemplares de primera línea histórica al certamen por parte de miembros de los diferentes clubes federados en Colombia, tal como lo pueden apreciar los lectores de www.carrosyclasicos.com en las imágenes que acompañan el presente recuento.

Quizás los más recordados del evento por parte de Quien las presentes líneas redacta, son la pareja de modelos T de Ford parqueados permanentemente a ambos lados de la entrada principal del hotel: uno de los Speedster construidos por el tristemente fallecido Leonardo Callegari en color rojo y que ahora está en manos de un propietario de Medellín. Dicho carro de competición tiene apariencia de hace un siglo; pero fue recatalagodo como modelo 1923 por sus componentes internos. El segundo fue inédito hasta ahora para el aficionado colombiano; pero es un histórico genuino: recientemente llegado a nuestro país para quedarse, un centenario Touring de 1915. Se puede afirmar sin temor al error que se trata del carro más antiguo original que tenemos en Colombia. Un fascículo que el país merece tener en sus anaqueles para reconstruir la historia automotriz nacional con el debido rigor documental.

Al frente de estos pioneros, tres simpáticos ejemplares de los microcoches oriundos de la Europa de postguerra: una versión muy poco conocida del Mini inglés; pero con baúl extendido y frontal muy diferente al estándar fabricado por Wolseley (marca hermanada con Austin y con Morris bajo el amparo de la antigua British Motor Co.), bajo la denominación Wolseley Mini Hornet. El ya reconocido por nosotros Fiat Nuova 500, también de reciente importación desde la provincia italiana de Treviso, inspirador del actual Fiat 500, y de propiedad de una matrimonio que rememoró con su compra, la luna de miel europea con la que comenzaron todo hace 45 años. El tercero si es prácticamente desconocido por el profano colombiano, por más que comprobadamente se importaron a mediados de los años sesenta: el minúsculo Goggomobil  T- 350, concebido en Alemania por Glas Motor; pero fabricado además en España de donde vino este ejemplar. La imagen utilizada para el cartel principal del evento fue la de un Chevrolet Corvette Sting Ray plateado que participó por Colombia en el SEMA de Las Vegas y que también estuvo en Pereira. Los demás ejemplares del conjunto, todos de diferentes épocas y orígenes, se lucieron junto con sus dueños. Cabe anotar que un destacamento de aficionados y cultores oriundos de Panamá formaron parte del grupo humano que estuvo en este fin de semana.

Como suele ser costumbre en estos encuentros, el viernes fue de arribo paulatino durante el día y se oficializó con reunión y cocktail de bienvenida al caer la tarde. Al día siguiente, salida durante el día en vehículos desde el hotel, domingo con momento libre en medio de todas las actividades que incluyeron mercadillo de pulgas, hasta la noche de clausura y retorno a las ciudades de origen de participantes para el lunes. Justamente la salida del sábado se destinó a viajar hasta el valle de Cocora en Salento (Quindío), es decir que hubo dos departamentos, los dos más pequeños del país, bendecidos con este museo anual ambulante. Por paradója, la ciudad sede que una semana antes celebró sus fiestas de la Cosecha con su propio desfile fue la que menos se benefició del mismo: lógicamente, el recién inaugurado hotel seleccionado era propicio por estar distanciado del casco urbano; pero no era viable hacer un desfile con exhibición en la capital risaraldense: la deficiente malla vial aunada a un antecedente de indolencia y mediocridad administrativas por parte de la Oficina de Fomento al Turismo de Pereira  que se vio en el anterior encuentro nacional de clubes VW en el mes de julio, hicieron que los pereiranos se privarán del merecido placer contemplativo de antiguos genuinos en las calles de la Perla del Otún.

Pese a que esto, la organización y la logística por parte del ACLA hicieron que el evento fuese un éxito rotundo del que todos salieron satisfechos y felices. Los ejemplares protagonistas que acompañan la presente nota muestran bien el nivel de calidad que se vio en tierras cafeteras. A parte de ello, queda trazado el vigésimo octavo compromiso definido para 2016 y apadrinado por el Mercedes Benz Club de Colombia para mitad de año en Santa Marta.

El Autor desea agradecer a Don Arturo Vayda por su amable colaboración, sin la cual éste cubrimiento no hubiese sido posible.

 

 

 

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