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Festival de Verano en Bogotá

El marco para el espectáculo no podría haber sido mejor. Desde las primeras horas del domingo 14 de agosto, más de 60 automóviles antiguos, con modelos comprendidos entre 1930 y 1975 estaban listos para integrarse a uno de los eventos más importantes dentro de la programación del Festival de Verano de Bogotá 2005. Llegaron de los cuatro puntos cardinales de la capital y de municipios cercanos. Algunos se reunieron previamente en el barrio Santa Isabel, de donde partieron en alegre y colorido desfile hasta el sector del parque Simón Bolívar, recorriendo las avenidas Ciudad de Quito, y la 63.

 

 

 

 



En el antiguo Club de Empleados Oficiales (hoy centro de alto rendimiento)se reunieron, para esperar la orden de los organizadores del festival para iniciar el recorrido.

 

Desafortunadamente la desorganización de algunas entidades como la Federación de Automovilismo, y algunas dependencias distritales, a las que se sumó la intromisión de algunos oscuros personajes que devolvieron a muchos participantes, con el argumento de la cancelación del evento, casi impiden que se llevara a cabo el evento, a lo que se sumó la lluvia. Todo lo anterior impidió a los miles de asistentes que se agolparon a lo largo y ancho de las vías y dentro de la plaza de eventos del parque Simón Bolívar, disfrutar de los casi 70 vehículos convocados para el desfile.

 

 

 

 

 

 

Sin embargo, pese a todas las circunstancias adversas, el público asistente soportando las inclemencias del clima, aplaudió y disfrutó de un hermoso espectáculo, en el que finalmente desfilaron 34 vehículos.

 

No es justo que la desorganización, la mala intención y los oscuros fines perseguidos por algunas personas, atentaran contra el trabajo de personas como Jorge Gil, organizador del grupo de vehículos. Afortunadamente esos 34 vehículos pudieron lucir su impecable estado de conservación para regocijo de todas las miles de personas que los aclamaron a su paso, personas que habrían quedado defraudadas al no llevarse a cabo el anhelado desfile, tal y como lo pretendían algunos mercachifles, que pretenden lucrarse con la realización de este tipo de eventos que aglutinan a los verdaderos amantes de los vehículos antiguos.

 

 

 

 

Las personas que llevaron sus automóviles y los periodistas que les acompañamos pese a las difíciles condiciones metereológicas, les dimos una lección de cumplimiento de la palabra dada a las autoridades y organizadores del evento y de decencia y verdadero amor por el patrimonio automotriz colombiano, a los oscuros mercaderes que quieren hacer negocio con nuestra sana pasión por los automóviles históricos.

 

 

 

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