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IX Desfile de vehículos antiguos y clásicos en Bogotá 2009

IX Desfile de vehículos antiguos y clásicos en Bogotá

 

 

Mejor traído de Niño Dios no pudieron recibir los aficionados al automóvil antiguo y los bogotanos en general. El IX desfile de carros antiguos y clásicos que siempre organiza el Club de Aficionados a Automóviles Antiguos, CAVA, en coordinación con el Club Mercedes Benz de Colombia con motivo del tradicional día de velitas del 8 de diciembre fue mucho más que un buen paseo por las calles capitalinas.

Texto: Camilo Ernesto Hernández Rincón
Fotos: Camilo Ernesto Hernández Rincón,Rodrigo Kurmen y Rolando González.

Especial para www.carrosyclasicos.com

 

Mejor traído de Niño Dios no pudieron recibir los aficionados al automóvil antiguo y los bogotanos en general. El IX desfile de carros antiguos y clásicos que siempre organiza el Club de Aficionados a Automóviles Antiguos, CAVA, en coordinación con el Club Mercedes Benz de Colombia con motivo del tradicional día de velitas del 8 de diciembre fue mucho más que un buen paseo por las calles capitalinas.
En la antigua sede de El Espectador ocupada ahora por Continautos, se congregaron los cerca de doscientos vehículos inscritos con antelación desde el sábado 5 hasta el martes de desfile a la llegada de los últimos participantes. La sala de exhibición y ventas de este concesionario apartó por esos días su tradicional exhibición Chevrolet para volverse un museo temporal del automóvil en Colombia hasta el arranque de motores; porque literalmente el encanto del momento fue ese: Reunir lo mejor de la historia automotriz nacional y mundial que se haya visto. Parafraseando las jornadas electorales, se puede afirmar que más que un encuentro de carros antiguos, fue una legítima fiesta democrática. Bajo un mismo techo y hasta el fin del día, participantes y espectadores contemplaron maravillados la diversidad automotriz que abarcaba desde la exclusividad de Rolls Royce, Ferrari, Mercedes, Jaguar o Cadillac, hasta la consagración del ensamble colombiano: Renault 4 y 12, Simca, Dodge Coronet 440 y Dart, y hasta la producción Fiat de la CCA con el 128 y el “Topolino” 750Z encontraban luego de años de duro trabajo su lugar en la historia y en el corazón de los aficionados. Realmente sería más fácil describir los modelos que no estuvieron, porque al ser invitados todos los clubes y marcas existentes y con representación en Bogotá, sobra el obvio listado de animadores que hacen de estos eventos lo que son: Volkswagen, Jeep Willys, Ford, Chevrolet, MG, y el ya garantizado etcétera.
El desfile que salió a las 10 de la mañana de la avenida 68 con calle 23, tomando la avenida del Dorado para ganar la carrera séptima y descender de nuevo a la Autopista Norte, llegó al centro comercial Outlet Bima hacia el medio día en medio de un radiante sol que hacía brillar aun más las coloridas pinturas de esta colección de carros que no necesitaba envoltura ni moños para ser el mejor obsequio a la vista de grandes y chicos. No podía faltar la pasarela con todo y tapete rojo al mejor estilo Peeble Baech previa alimentación de participantes y toma de fotos. Lastimosamente un inesperado aguacero cerca de las tres de la tarde obligó a suspender la pasarela temporalmente, y mientras ésta se reanudó, muchos asistentes se dispersaron.
Este cambio climático, y el desorden que hubo durante el desfile que debió compartir con el tráfico corriente en la tierra de nadie de las calles capitalinas, haciendo que más de uno se perdiera a pesar de los nobles oficios de la policía, fueron los dos únicos lunares que tuvo este simpático certamen que no obstante marca un hito fundamental sobre la percepción y conservación del automóvil histórico: Tanto la orgullosa limusina como el campero de la finca, el deportivo italiano o inglés como la camioneta de carga, o el exclusivo clásico como el sencillo carro nacional que hubo en el garaje de la casa hasta hace poco, construyen historia y pasión por igual, congregan gente, fomentan la curiosidad, generan aplausos y constituyen motivo de orgullo que identifican individual o colectivamente a las personas. El CAVA, el Club de la estrella alemana de tres puntas y los patrocinadores, de nuevo le dieron a Bogotá como regalo de navidad este evento que cierra el calendario anual del carro histórico colombiano, y que para la afición es un ritual adicional de diciembre, tan obligatorio como la novena, el árbol adornado o el pesebre.

 

 

 

 



 

 



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