Pontiac 1955, Revolución total. Pontiac a finales de los años 40 y comienzos de los 50, arrastraba la fama de ser un auto aburrido. Esto comenzaría a cambiar a partir de 1955 y de que manera. Hasta 1954 los automóviles populares en los Estados Unidos se vendían con diferentes niveles de equipamiento y dos opciones de motor. La básica usaba económicos de seis cilindros en línea, mientras que la superior recurría a propulsores de ocho cilindros en línea, con excepción de Ford, que utilizaba V8 desde 1932, aunque este incluía válvulas en el bloque, que no resultaban del todo un sistema moderno.

Por Roberto Nigrinis Velandia

Por estos días Pontiac, división de la General Motors, y cuarto escalón en alcurnia, dentro del escalafón de marcas, que encabezaba Cadillac dentro de la corporación afrontaba problemas en ventas. Sus autos cada vez se vendían menos, mientras sus competidores ganaban participación dentro de su segmento. La gerencia de la división, quería un auto moderno, dinámico y confiable, que las personas no percibieran aburrido o como carro para abuelitas como lo llamaban los niños.

Se diseñó un auto totalmente nuevo, basado en la misma plataforma del Chevrolet de 1955, la cual fue construida por Fisher, empresa propiedad de la General Motors. Mientras que el motor quedaba por cuenta de los ingenieros de la Pontiac Motor Division, que diseñaron un nuevo V8, que reemplazaba a los anticuados, de seis y ocho cilindros en línea, que se usaban desde los años 30.

El nuevo V8, llamado Strato Streak, tenía válvulas en la culata, 287 pulgadas cúbicas de desplazamiento (4.751 c.c), producía 180 HP/4.600 rpm de potencia y un torque de 36,46 Kgm/ 2.400 rpm, que se podía montar con una caja de cambios manual de tres velocidades adelante, o automática de dos, llamada Hydramatic. Se vendía en dos versiones, básica llamada Chieftain y lujosa Star Chief, las cuales podrían ser de dos o cuatro puertas, con y sin parales, además de una Station Wagon, llamada Safari, con mayor o menor distancia entre ejes y largo total.

El auto resultó un éxito, constituyéndose en el comienzo de una nueva era para la marca, que durante los años siguientes ingresó a las carreras, consiguiendo espantar para siempre el fantasma de producir “Autos aburridos”.

El auto que ilustra este artículo, es un Chieftain, al cual se le sumó gran cantidad de equipo extra: Reloj, Adorno de capó luminoso, Boceles laterales, luz de reverso, copas de gran tamaño en las ruedas y adornos extras para las defensas. Tiene una carrocería de cuatro puertas, que ofrece gran amplitud interior, donde se pueden acomodar seis personas.

Su marcha es silenciosa y mullida, y la insonorización sobresaliente. La potencia del motor también es digna de ser mencionada por la gran producción de caballos y de torque. Es un automóvil agradable y sencillo de conducir, su sistema de dirección pese a no ser asistida es muy suave, y el accionamiento de la palanca de cambios montada en la columna de dirección resulta práctico y preciso.

El sistema de frenos utiliza una bomba sencilla, que pese al volumen del auto, lo detiene con suficiencia, gracias a sus cuatro campanas de generosas dimensiones.

Al volante, no se percibe para nada, que se conduce un vehículo de más de 1.500 kilos y de 5.16 m de largo, que resulta compacto al lado del Star Chief que alcanza los 5.34 m de longitud.

Fotografía de Ignacio Pinzón Rico