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La distracción puede resultar fatal al conducir

Por. Roberto Nigrinis

 

 

Hablar por teléfono celular, es una de las distracciones en las que más incurre el conductor actual. Se calcula que la duración promedio de una charla es de aproximadamente 2 minutos, si se viaja a 100 Km/hora, durante este tiempo se habrán recorrido más o menos 5 kilómetros, en este lapso, usted viajó distraído, con la mente ubicada en otro tema muy diferente al manejo del automóvil y a las circunstancias del camino, usted prácticamente viajó a ciegas. Pero esta costumbre puede ser aún más peligrosa si se intenta contestar una llamada teniendo el teléfono fuera del alcance de la mano, o cuando se pretende llamar.

 

Como respuesta a este acto de irresponsabilidad, la legislación de tránsito castiga severamente esta mala  práctica.
 Maquillarse o peinarse mientras se conduce, es otra peligrosa costumbre, y ni que decir del llevar niños pequeños sobre las piernas o mascotas inquietas.

Otro elemento que contribuye a propiciar la distracción del conductor moderno, es el sistema de sonido, sin importar si es antiguo o moderno,  el  alto volumen a que se encuentre o el tipo de música que se escuche en el momento. Algo tan sencillo como cambiar de emisora, de casete o de disco compacto, implica un instante de riesgo innecesario. Un radio personal con audífonos aísla lo suficiente al conductor de la realidad, lo que puede producir un accidente en cualquier momento.

Buscar algo en la guantera es otra situación peligrosa, y ni que decir de la costumbre de algunos de colocarse el cinturón de seguridad, una vez han arrancado. Esta situación peligrosa puede verse incrementada si el conductor gira su cabeza buscando el cinturón, la hebilla de este, o porque  simplemente  esta graduado para otra persona.

También resulta peligroso demorarse demasiado observando o ajustando los espejos retrovisores, encendiendo un cigarrillo, manipulando una pipa o cuadrando la silla a nuestro gusto con el auto en movimiento.

Los estudiosos de la seguridad al manejar, clasifican en dos los tipos de riesgos asociados al conducir vehículos estando distraídos. El  primero se refiere a la acción de retirar la vista del camino, para observar el dial del radio, o cuadrar el tono o el volumen. El segundo hace referencia a la acción de soltar el timón y  al hecho de movilizar el cuerpo, buscando alcanzar un objeto. En estos  instantes, la mente y el cuerpo  del conductor se alejan de su función totalmente, con el peligro lógico que esto conlleva.
También se convierten en actitudes riesgosas, el sumergirse en los problemas diarios, o en situaciones demasiado relajadas o agradable, ya que nos alejan de nuestro único objetivo posible en el momento de conducir un vehículo, hacerlo bien y de manera segura para todos.

Vale la pena recalcar, que las situaciones de riesgo se desbordan a medida que aumenta la velocidad, y disminuye el  tiempo de reacción ante lo imprevisto.
Para evitar la distracción al conducir, es recomendable  prestar atención al funcionamiento del auto, al  sonido del motor, a la manera en que se hace el cambio de velocidades, al ruido que hace al frenar, al murmullo de las ruedas o a los quejidos de la suspensión, al uso de las luces, o al cambio de paisaje. Acciones que obligan a mantener la atención sobre lo que sé esta haciendo. Manejar un vehículo.

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