TODOS PARA UNO Y UNO PARA TODOS. Hace cuarenta años un pequeño e imperceptible auto entró a la arena internacional. Pudo haber sido descrito como intrascendente pero nadie se molestó siquiera en insinuarlo pues venía de un país lejano, minúsculo, aún no del todo reconstruido tras la devastadora II Guerra Mundial y, encima de todo, conocido por fabricar baratijas y por haberse especializado en la industria electrónica. ¿Un auto desde el país que invadió al mundo con radios de transistores?

En 1962, luego de múltiples estudios, la división Chevrolet de la General Motors Corporation, decidió producir un nuevo automóvil de tamaño intermedio, para ubicarlo entre el Chevy II (Nova), el modelo que seguía al básico y polémico Corvair y de tamaño menor al de los grandes Biscayne,Belair e Impala.

Bogotá también celebró el importante aniversario de este mítico y recordado automóvil.