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Hilton Head island Motoring Festival y Concurso de Elegancia 2015 (Segunda Parte)

Continuando con la copiosa exhibición que se dio cita a comienzos de noviembre y finales de octubre en Hilton Head Island (Carolina del Sur), Carros y Clásicos amplía para todos sus lectores la experiencia en fotos del último de los grandes eventos estadounidenses del automóvil añejo.

Textos: Camilo Ernesto Hernández Rincón

Imágenes: Camilo Ernesto Hernández Rincón y Sanford Mitchell

Especial para www.carrosyclasicos.com

 

 

 

Quizás no es tan conocido entre la afición mundial como el de Costa D'este en Europa o el californiano de Peeble Beach; pero tiene todo el reconocimiento y el favor del seguidor estadounidense que quiere estar a manteles con lo más granado de los tiempos clásicos del automóvil... y que además es incluyente con la historia genérica y con cultores simpáticos que muestran orgullosamente sus posesiones. Para quienes hemos contemplado la historia desde marcas harto populares no deja de ser una maravillosa sorpresa comprobar que el pasado que nos tocó en suerte, también es apreciado y aplaudido.

REO 1905

 

Junto con todo lo mencionado en la pasada entrega, cabe resaltar sobre los antecedentes de esta zona vecina al estado de la Florida a la que tan relacionados estamos: en Carolina del Sur fue donde se disparó el primer proyectil de la guerra de secesión, y donde el general Sherman -cuyo nombre fue bautizo de los tanques de la segunda guerra mundial propulsados por motores Chrysler, marca homenajeada en esta versión- arrasó la ciudad de Charlotte como advertencia a la unión. Hilton Head fue por años un asentamiento de afroamericanos empobrecidos por la segregación racial, hasta que cuando ésta finalizó en los años sesenta, fue "redescubierta" por inversionistas que explotaron su potencial como lugar de recreo para acaudalados. Se dice que sus antiguos dueños recibieron pingües ganancias por sus tierras, y se desarrolló una actividad turística de alto nivel, entre cuyos resultados estuvo el campo de golf de Port Royal, donde se celebra este festival de motores con concurso de elegancia.

Precisamente, la amplia extensión de este escenario con suaves colinas y filas de árboles como fondo, era el lugar indicado para un evento genuino como este, lo cual redundó en espacio generoso para cada carro y para sus propietarios. El cuerpo de jurados especializados en cada clase de vehículos de impecable traje con sombrero de paja, música seleccionada con discretas intervenciones del locutor y otros factores en los que nunca faltan los trabajadores voluntarios, redundaron en un evento feliz y plácido, y finalmente todo un equipo de organizadores hacen que sean los carros y sus generosos propietarios los verdaderos protagonistas, mucho más que un solo individuo. En Colombia se han replicado eventos de esta clase con diversos resultados según el grado de dedicación o de demostración protagónica según cada caso.

Pero en este caso son las imágenes las que tienen la palabra, y que Carros y Clásicos tiene de nuevo el honor de presentar, como medio colombiano e hispanoparlante privilegiado presente, en este singular encuentro final de la agenda estadounidense, y desea que conocedores y profanos se maravillen con lo exhibido en este espacio.

 

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