Experiencia de Conducir por Calles Bogotanas

Antes de iniciar esta nota, debo comentar que soy fisioterapeuta y que atiendo pacientes muy delicados en sus domicilios desde hace 14 años, y esto me ha obligado a conocer la ciudad en muchos tipos de vehículos, a diferentes horas y en casi todas las condiciones atmosféricas, esta hermosa pero poco acogedora capital de la república (para el conductor, claro está).

 Por: Leyla Alaixt Marin

Especial para www.carrosyclasicos.com

 

En la aventura me han acompañado un Chevrolet Vitara (seguro, pero incomodo cuando se tiene un recién nacido), dos Chevrolet Alto, un Mazda 323 coupé (que terminó con mi presupuesto,  por los amortiguadores que se consiguen en muchas partes),  un Mazda 121 y ahora un Rernault Clio.  En ninguno  he podido encontrar la calle perfecta, pues cuando no está roto el pavimento, esta reparchado o en proceso de serlo, generando resaltos y frecuentes desprendimientos del terreno que averían la pintura. Puedo decir casi como conductor de taxi, que conozco atajos y sitios de referencia en casi toda la ciudad, pero lo que más me ha sorprendido siempre es la actitud de los conductores….


Existen los más desprevenidos, que no saben que para voltear a la derecha deben seguirse varios pasos: indicar la dirección del giro con las luces correspondientes, tomar el carril del mismo lado y en general, hacer los giros a baja velocidad. Por regla general se olvidan de dos o más. Los tecnológicos, se aseguran de llevar un hermoso manos libres, que no ayuda cuando lo dejan en la silla del copiloto y maniobran la dirección con una sola mano. Las mujeres tenemos mala fama, pero por defensa de género debo decir que lo hacemos con más precaución, aunque me molestan las que se maquillan en los semáforos o se dejan el cepillo en la cabeza, disminuyendo su visibilidad o haciendo el ridículo.


Por otro lado los hombres son más intrépidos y veloces, generando trancones cuando se sobrepasan los andenes o en su afán, golpean el carro del vecino y eso lleva a mayor trancón y para ser honesta,  a más pérdida de tiempo y plata. Los que si me molestan, son los escoltas y los  ”gomelos”. Los primeros por poseedores de la verdad absoluta, por hampones, por la falta de prevención y sobre todo porque NO RESPETAN LAS SEÑALES DE TRANSITO; los segundos por bulliciosos y  “lobos”.


A este punto debo confesar que como a muchas mujeres, al principio me dieron duro en los talleres,  no sabía nada de repuestos ni costos, pero a punta de errores se aprende y el mejor truco es ir siempre donde el mismo, que ojala sea referenciado por alguien que si sepa de carros y en últimas porque así no podrá echarle la culpa de sus errores a la “metida de mano de otros” o argumentar que es una daño muy viejo y que por tanto debe incluir más mano de obra.
De las peores experiencias que me acuerdo, fueron la granizada de febrero o marzo de 2000, donde aprendí la importancia de unas buenas llantas y porque se cambian en cada estación, en los países que las tienen; los bomberos me sacaron del barrio la calleja con cadenas alrededor de mis llantas para evitar que perdiera el control de mi vehículo - debo confesar que fueron muy atentos pese a la gran calamidad que vivía todo el sector-  y por otro lado ya con mi hijo (hoy de siete años, la intensa lluvia de noviembre del año pasado cuando, viajando solo los dos en el carro, vimos como la visibilidad se anulaba y los pobres mecanismos de auto-limpieza de los vidrios eran insuficientes.


De todas formas en mi casa seguirán preguntándome cada vez que se necesite algo para la tarea escolar o para un disfraz, o para casi cualquier cosa….. oye, tú que recorres tanto Bogotá, no has visto donde venden……………?????

 

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