Willys 1947

Después de terminada la Segunda Guerra Mundial, el inmortal Jeep, una de las armas más poderosas de las tropas aliadas contra el eje Roma-Berlín-Tokio, estaba listo para continuar su camino lejos de las trincheras y de los combates, para iniciar otras batallas no menos duras, las de la vida civil en granjas y caminos de todo tipo y sometido a toda suerte de abusos, que por más extremos no han logrado acabar con él.

Por: Roberto Nigrinis Velandia

El protagonista de esta nota es un CJ2A, cuyas letras indican que se trata de un Civilian Jeep (Jeep para uso civil) modelo 1947 (aunque  modificado y próximo a ser restaurado), llegado al país como una donación del gobierno de los Estados Unidos para alguna dependencia estatal de nuestro país y cuando todavía no se iniciaba la importación privada de estos fabulosos vehículos, hecho que sucedió en 1948, no sin pocos tropiezos, debidos a la ignorancia del comprador colombiano y a la poca o nula utilidad que se le veía al pequeño y poco convencional vehículo.

Algunos años después de su llegada y luego de soportar el trato inclemente de muchos conductores oficiales, fue rematado y adquirido por una persona que lo matriculó y utilizó como taxi rural en Corozal Sucre y sus zonas de influencia, donde debió soportar sin duda alguna toda suerte de maltrato y abuso, transportando cargas muy superiores a sus capacidades reales, las cuales pese a los esfuerzos no lograron acabar con él.

Posteriormente fue transladado al centro del país a una zona cercana a Bogotá, donde siguió prestando sus servicios.

Hace un poco más de cinco años, y como consecuencia de la popularidad que han adquirido estos vehículos y que ha llevado a que sean muy valorados y restaurados, motivaron a su propietario a someterlo a una rigurosa restauración, que le recuperó el brillo y las prestaciones perdidas, y que lo dejaron en el estado en que se observa en las imágenes.

Sus actuales propietarios Carolina y Fernando acaban de iniciar un proceso exhaustivo y meticuloso de mejoramiento del vehículo, el cual después de terminado debe dejarlo en un estado de conservación perfecto, tal y como se encontraba en el momento en que abandonó la planta de la Willys Overland en Toledo Ohio, hace más de 60 años y era un orgulloso e inmaculado cero kilómetros.

Como es el Jeep CJ2A

Es un vehículo rústico en el que la ergonomía y la aerodinámica no tienen presencia alguna. Su carrocería montada sobre un chasis independiente mediante pernos, es cuadrada y ha sido fabricada en acero. El conjunto se monta sobre robustos ejes rígidos con ballestas.

Utiliza un motor de cuatro cilindros llamado “Go Devil” fabricado totalmente en hierro, con las válvulas montadas en el bloque, es el mismo motor que utilizaron los Jeeps durante la Segunda Guerra Mundial y fue diseñado y utilizado por la Willys Overland desde los años 30 en sus automóviles.

Este robusto propulsor, con una carrera de pistón muy larga, tiene un índice de compresión de 6,4 a 1, lo que le permite utilizar gasolina aún del más mínimo octanaje. Además el sistema de distribución recurre a dos confiables y por que no decirlo, eternos piñones que jamás darán problemas. Es alimentado por un carburador Carter WO de un sólo ventura, el cual ofrece un funcionamiento eficiente.

El sistema eléctrico original es de seis voltios, alimentado por una dinamo Delco-Remy y regulado por un dispositivo Autolite, que se encarga de manejar la cantidad de corriente que debe llegar a la batería. En la actualidad nuestro invitado disfruta de las bondades y cualidades de un moderno sistema eléctrico de 12 voltios, basado en un alternador que suple las necesidades energéticas son gran suficiencia.

Se monta el motor, acompañado por una caja de cambios manual Warner T90C, de tres velocidades la cual carece de sincronización en su primera marcha, lo que obliga a introducir este cambio con el vehículo totalmente detenido, so pena de soportar un crujir aterrador o en el peor de los casos la rotura de algún diente del piñón respectivo.

Hay que decir que el funcionamiento de la caja es irreprochable, debido a que la palanca de cambios ubicada en el piso, realiza su labor directamente sobre los componentes de la caja, sin varillas, guayas o cualquier mecanismo intermedio que afecte su precisión.

Este vehículo también cuanta con una caja de transferencia que reparte la tracción entre el eje delantero y el trasero y la cual además cuenta con piñones que varían las relaciones, convirtiendo al Willys en un tractor, capaz de llegar a cualquier parte, por agreste que sea el terreno.

La suspensiones basadas en ejes rígidos con ballestas no son para nada cómodas, pero eso sí su sencillez y duración son sus mayores fortalezas y ante estas características, no queda otra que valorarlas.

El Willys utiliza llantas de 16 pulgadas que le dan un gran despeje al piso, frenos hidráulicos de campana en las cuatro ruedas que se accionan mediante una bomba sencilla, que viene montada en el chasis, hay que decir que la efectividad del sistema no es una de sus cualidades. El sistema de freno para el estacionamiento, se acciona desde una palanca ubicada en el tablero de instrumentos y actúa sobre la transmisión del vehículo.

Sensación de manejo

Abordarlo requiere agilidad, ya que las puertas de lona son pequeñas y el tamaño del volante y la imposibilidad de graduar las sillas hacen aún más difícil la maniobra de abordaje. Una vez sentados en la silla tapizada también en lona, se percibe lo poco mullido de la propuesta, lo cual no se convierte en un problema, siempre y cuando tengamos claro que abordamos un vehículo absolutamente espartano, pero que nos llevará no solamente a cualquier parte que deseemos, sin importar si hay o no asfalto o hay o no hay camino, y además nos transportará muchos años atrás en el tiempo cuando la electrónica no estaba presente en el automóvil y ni si quiera se pensaba que algún día lo estaría.

Arriba se respira y disfruta la rusticidad y la sencillez, y al ser un vehículo carpado se está al vaivén de los cambios climáticos.

El timón es bastante grande, lo que ayuda a que el accionamiento del sistema de dirección de tipo bolas recirculantes sea suave, pese a tener que mover llantas de gran tamaño. La palanca de cambios se mueve con una precisión admirable y siempre y cuando se haga el cambio de marchas lentamente y haciendo un transito breve por la posición de neutro no habrá problema alguno.

En cuanto al pedal del embrague, no es muy duro de accionar el sistema cumple con sus funciones sin reparo alguno. Lo mismo sucede con el pedal del freno, aunque hay que decirlo que la efectividad del sistema no es una de sus virtudes.

La instrumentación del Willys es completa, se cuenta con indicadores de aguja para indicar la temperatura del motor, la presión del aceite de este, el estado del sistema de carga eléctrica y para contarnos con cuanto combustible contamos. Además el velocímetro en millas nos informa a que velocidad nos movemos.

El conjunto es armónico y para la iluminación nocturna cuenta con una luz superior que baña todos los instrumentos.

Como decíamos anteriormente la suavidad de marcha no es una de sus virtudes, lo que tampoco sucede con la insonorización que simplemente no existe, pero esto antes de ser un inconveniente o una molestia es uno de sus atractivos, ya que nos transporta a una época en la cual se disfrutaba lo sencillo y lo simple y en la cual las fallas electrónicas no existían y si había inconveniente mecánicos estos se solucionaban fácilmente, incluso sin contar con grandes conocimientos mecánicos, ni manos expertas. Como decía el quijotesco propietario de Willco, extinto fabricante en Colombia de camperos Willys en los años 90: Este vehículo no presentará jamás fallas en sus sistemas electrónicos, simplemente por que carece de electrónica para su funcionamiento.

Después de conducirlo es sencillo entender por que nos enamoramos de él, de su sencillez, practicidad y funcionalidad, como le ha sucedido a gran parte del país y en especial a los habitantes de la zona cafetera, que no han encontrado un vehículo capaz de superarlo en todo sentido en más de 6 décadas de adelantos tecnológicos, transcurridas desde su arribo a Colombia.

Motor

Situación: Delantero Longitudinal
Número de cilindros: Cuatro en Línea
Cilindrada: 2.199 c.c
Diámetro/carrera: 79,375 x 111,125 mm
Bloque/cabeza: Hierro/Hierro
Distribución: Árbol de levas lateral
Alimentación: Un carburador Carter sencillo
Compresión: 6,48 a 1
Potencia máxima: 60 HP a 4.000 rpm
Torque: 14,25 Kgm/2.000 rpm

Transmisión

Tracción: 4 x 4 a voluntad
Caja: Warner T90C de tres velocidades

Chasis

Suspensión delantera: Eje rígido con ballestas
Suspensión trasera: Eje rígido con ballestas
Frenos: Bomba sencilla y campanas en las 4 ruedas
Dirección: Bolas recirculantes
Llantas: 4.50 x 16”

Carrocería

Bastidor: Independiente fabricado en acero y atornillado a la carrocería
Tipo: Convertible de dos puertas
Número de plazas: 4
Largo x ancho x alto: 3,35/1,57/1,77 m
Distancia entre ejes/trochas: 2,03/ Delantera 1,25 Trasera 1,25 m
Peso: 964 kilos
Capacidad del tanque: 10,5 galones

Rendimientos oficiales

Velocidad máxima: 105 Km/hora
Aceleración 0-100: 40 segundos
Consumo promedio: 25 Km por galón

Visto 11445 veces Modificado por última vez en Domingo, 01 Agosto 2021 12:02