El nuevo Vivant, es la interpretación actual de Chevrolet del Daewoo Tacuma o Rezzo, vehículo familiar que conocimos hace cinco años en Colombia. Conserva su aerodinámica carrocería en forma de gota de agua, con ventanas laterales que semejan elipses que la hacen lucir muy moderna y dinámica y que es una creación de la casa italiana Pinifarina.

Tiene 4,305 m de largo de defensa a defensa, 1,755 m de ancho y 1,580 m de alto, que le permiten albergar 4 pasajeros muy cómodos o cinco con suficiencia, aunque el que viaja en el puesto central trasero debe apoyar su espalda en los descansa brazos con portavasos de las sillas laterales, lo que no resulta tan cómodo. Cuenta además con un generoso baúl de 347 litros, el cual con retirar las sillas posteriores llega a 1.847 litros de capacidad.

El espacioso, silencioso y ergonómico interior es creación de Giorgetto Giugiaro, léase Ital Design, que en el Vivant reemplaza la imitación madera de los paneles, que vimos en el Tacuma, por acabados color grafito, más modernos y adecuados para mercados tan disímiles como en los que se vende el vehículo.

La ergonomía es una de sus mayores virtudes, ya que todo queda a la mano y adicionalmente ofrece gavetas porta objetos bajo el piso trasero y un curioso y útil cajón debajo de la silla del conductor, al que se agregan porta mapas en las puertas y hasta un lugar especial para las gafas. Las sillas resultan cómodas incluso en viajes largos, gracias a sus múltiples graduaciones. La silla delantera del derecha (copiloto) se puede girar 180 grados, lo cual permite tener una agradable vista a bordo o vigilar a los niños pequeños. Los espaldares anteriores, de los pasajeros traseros, cuentan con mesas plegables –tipo avión- algo que siempre será útil.

El panel de instrumentos también es muy completo y práctico, al suministrar toda la información requerida con un simple golpe de vista. Este tablero está tan bien diseñado en cuanto a tamaño, que es el único vehículo probado últimamente en donde no choca la pierna derecha del conductor contra la consola central.

En cuanto a equipamiento, se cuenta con aire acondicionado, vidrios, espejos exteriores y bloqueo central de accionamiento eléctrico, lo mismo que radio con reproductor de discos compactos en formato Mp3. Además el Vivant trae techo corredizo de fábrica, sin duda algo muy atractivo. En cuanto a seguridad para los pasajeros, el habitáculo viene programado para absorber la energía de una colisión sin que se afecten los ocupantes, y cuentan con cinturones de seguridad y apoyacabezas para todos los pasajeros y airbags para conductor y copiloto. No olvidemos que el tablero es inastillable.

Una vez al volante, lo primero que sentimos es un timón graduable en altura, que acciona un sistema de dirección asistida. La sensación es muy agradable, al girar la llave del encendido. Se percibe muy a lo lejos el propulsor de origen Opel, el cual con sus 4 cilindros en línea, 16 válvulas, montado transversalmente adelante, de 1.998 c.c de desplazamiento y una producción de potencia de 125 HP/5.600 rpm y un torque de 18 Kgm/4.000 rpm. Este propulsor, se acopla a una caja de cambios automática de cuatro velocidades, diseñada por el fabricante alemán ZF, la cual permite además del tradicional accionamiento autománico, un manejo manual al dejarla bloqueada en el cambio seleccionado, es decir al ponerla en la posición Hold. Esta caja automática, adicionalmente cuenta con un botón ubicado en la palanca, que acciona la posición Power, en la cual varía la relación de la caja y permite ganar revoluciones al motor.

El funcionamiento del motor y la caja es suave y preciso, aunque conviene aclarar que como sucede con este tipo de cajas, las relaciones son más planas que en una mecánica, lo que también sucede con la relación final de eje. La aceleración es bastante buena pero no tan contundente. Tanto en tráfico urbano como en carretera, el Vivant se desenvuelve con gran suficiencia y permite una conducción relajada. Su velocidad máxima a la altura de Bogotá (2.600 mtrs) está en los 165 Km/hora, la que puede llegar a los 170 Km/hora a nivel del mar. El consumo de los casi 16 galones que le caben a su tanque, se puede situar entre los 38 y los 40 Km por galón en ciudad, que aumentan entre 42 y 48 en carretera, siempre y cuando el cuentarevoluciones se mantenga en la zona verde, marcada con la palabra Economy, que debe estar ubicado entre las 1.500 y las 2.500 rpm. Fuera de este rango, el consumo puede subir bastante, sobretodo si se tiene un pie derecho bastante nervioso. Recordemos que el peso del vehículo vacío, es de 1.482 kilos, que nos dan una ecuación peso potencia de 11.85, bastante normal.

En cuanto a suspensiones adelante, utiliza el conocido y habitual sistema McPherson, mientras que atrás usa un eje sólido flexible con amortiguadores alemanes Sachs. El conjunto ha recibido aportes de la firma Porsche, aunque hay que reconocer que su formulación tiende más hacía la suavidad, que hacía la dureza de un tipo de suspensión deportiva. Su comportamiento es muy sobresaliente, incluso en carreteras quebradas a alta velocidad, donde el Vivant mantiene su trayectoria aún a alta velocidad, abusando del acelerador y girando el timón con poca suavidad.

Los frenos, con disco adelante y campana atrás, reciben el apoyo del sistema ABS. El sistema desarrollado por Delphi responde con suavidad y suficiencia, mostrando poca tendencia a la fatiga, algo muy útil en un vehículo dotado con caja de cambios automática, e incluso después de pasar por charcos o baches lodosos, algo que pudimos comprobar muy satisfactoriamente durante nuestra prueba.

Utiliza llantas 195/60 R15” montadas en rines de aleación ligera, que contribuyen al buen funcionamiento del sistema de frenos, permitiendo la eficiencia de evacuación del calor producido por su funcionamiento.

Lo único que encontramos un tanto molesto, fueron los puntos ciegos en la parte posterior de la cabina, algo que parece inevitable en los diseños modernos, y los gruesos parales del vidrio delantero, que quitan algo de visibilidad al tomar curvas cerradas en espacios reducidos. Lo primero se solventa con el buen uso de los espejos, mientras que lo segundo se logra con muchos kilómetros al volante.

Las luces tanto traseras, montadas bien arriba, como los faros delanteros y las exploradores, resultan estupendas y sin duda alguna, contribuyen a la seguridad al conducir.