La versión 2009 del conocido modelo de Ford, ofrece una estampa más musculosa y atractiva que sin duda hará crecer sus cifras de ventas.

Por: Roberto Nigrinis Velandia

Lanzada hace 8 años la Escape se ha ganado un lugar en el mercado mundial, donde ha sido comercializada también como Mercury Mariner en Norteamérica, Mazda Tribute en Japón y Asia y como Ford Maverick en Europa, logrando buen nivel en ventas.

Debemos reconocer que las versiones anteriores nos parecían frágiles, y hasta “señoriteras”, lo que no sucede con la nueva versión, que al haber sido dotada de importantes cambios estéticos, luce ahora más poderosa y musculosa que antes, con lo que nos ha resultado además de atractiva, una grata sorpresa después de conducirla.

Ford Colombia nos facilitó por espacio de tres días un vehículo fabricado en los Estados Unidos, nos pareció interesante probar de primera mano un vehículo de este origen, para mirar en qué nivel de manufactura y calidad se encuentran los productos de este origen, y la verdad debemos decirlo, están al mismo nivel de Europa y Japón.

Su carrocería tiene un frontal amplio e intimidante, en el cual los generosos faros reciben el apoyo de una generosa defensa en la que se encuentran las exploradoras que forman una combinación que transmite a quien la mire una sensación de fortaleza y de poderío inéditos en este modelo y que le dan un apariencia más grande a un vehículo de apenas 4,43 m de largo, pero de 2,065 m de ancho y 1,77 m de alto.

Los laterales planos ofrecen grandes superficies vidriadas que contribuyen a la comodidad de los pasajeros. Mientras que la parte posterior armoniza correctamente con el resto de la propuesta estética al incorporar unas generosas luces de estupenda luminosidad, lo que también sucede con las frontales.
La carrocería monocasco de cinco puertas, es amplia y acogedora para cinco pasajeros con una buena dosis de equipaje, gracias a la posibilidad de abatir parcial o totalmente los espaldares o la banca posterior. Al compartimiento de carga se puede acceder abriendo totalmente la quinta puerta, o solamente el vidrio de esta que se levanta independientemente.
 El apoyo de las sillas y la comodidad de estas es un aspecto destacable espacialmente en viajes largos. La ventilación, al igual que la iluminación interior es de primer nivel, lo que se ve favorecido con el montaje de un sistema de aire acondicionado de gran eficiencia y bajo nivel de ruido.
La insonorización del habitáculo es una de sus grandes cualidades, al igual que la estupenda rigidez torsional. Aportando lo suyo la sólida construcción de la cabina en acero, calculada para absorber la energía que se produce durante un choque, y que cuenta además con defensas colapsables y barras de protección en las puertas.

El equipamiento es completo, además del aire acondicionado y de la calefacción se cuenta con vidrios, espejos exteriores y bloqueo central de accionamiento eléctrico. Doble airbag frontal para piloto y copiloto, lo mismo que lateral para estos. Cinturones de seguridad de tres puntos con sistema de pretensión para los cinco ocupantes y apoya cabezas.

Intimidades mecánicas
La Escape es propulsada por un motor V6 (Duratec), con un desplazamiento de 3.000 c.c, con doble árbol de levas que acciona 24 válvulas de apertura variable, y que produce 240 HP/6.550 rpm de potencia y un estupendo torque de 30,8 Kgm/4.300 rpm que se logran mediante un sistema de alimentación por inyección electrónica secuencial (SEFI) . Este propulsor se combina con una caja de cambios automática (6F-mid) de seis velocidades. La tracción es permanente para las cuatro ruedas y se maneja mediante un sistema inteligente de torque controlado, que reparte la tracción en función de la adherencia de cada rueda en cada instante de funcionamiento (ITCC).
Las suspensiones adelante son del tipo McPherson, mientras que atrás son de doble articulación con espirales, también de tipo independiente como en la parte delantera.
El sistema de frenos con discos ventilados adelante y campanas atrás cuenta con el ya tradicional sistema ABS.

Sensación de manejo
Es un vehículo muy grato al conducir, con amplias ventanas y buena ventilación, con sillas ergonómicas y un panel de instrumentos no sólo bien logrado sino funcional y completo, en que se destaca el computador de abordo.
El sistema de dirección es preciso y su asistencia justa en cada momento. El montaje de la palanca de cambios es perfecto y sin tener opción secuencial permite con gran sencillez el bajar o subir de cambio en todo momento con gran precisión y facilidad. Adicionalmente las relaciones de la caja están bien calculadas, algo poco común en los vehículos dotados de caja automática.
El motor, es la joya de la corona, suave, muy potente y con una producción de torque estupenda, que le permite recuperar velocidad con una sencillez asombrosa. El consumo es muy bajo si se tienen en cuanta la potencia y el peso de la camioneta.
Las suspensiones independientes son muy amables con los pasajeros, y permiten además un entendimiento y adaptación a la carretera casi perfectos, lo que redunda en seguridad al conducir, sin importar si el piso está seco o mojado.
El sistema de frenos es irreprochable y resiste muy bien el abuso en descensos prolongados sin recurrir a la retención que brinda la caja de cambios al llevarla fija en las relaciones menores o con el overdrive desactivado.
La altura al piso es más que correcta, aunque el spoiler delantero le alcanza a quitar algo de brillo a este importante aspecto, especialmente en maniobras fuera del asfalto.
Sin duda alguna esta versión es muy superior a las anteriores, pero los diseñadores de Ford lograron un vehículo aún más interesante, con la dosis de rudeza que esperábamos todos y que abre un abismo grande con los modelos anteriores, estupendos pero que lucían carentes de hormonas.