Autojet: El álbum automotor de Chocolatinas Jet

 Año 2011, momento de cincuentenarios: Hace medio siglo, mientras el mundo se debatía entre la Carrera Espacial y la Guerra Fría, y Colombia vivía el Frente Nacional  con todas sus consecuencias mientras celebraba la clasificación a su primer mundial de futbol, ocurrían cosas en el universo automotor. El país “bajaba bandera” literal y metafóricamente hablando a bordo de los Ford Galaxie, Chevrolet Biscayne, o Dodge Seneca, entre otros, matriculados en el servicio publico. Para los aficionados al automóvil en Colombia, 1961 está íntimamente relacionado con la era de los taxis “batimóviles” que renovaron el parque vehicular luego de cuatro años de importaciones imposibles, por no hablar del retorno de los VW  de la Caja Vocacional, los europeos que entraban graneadamente bajo cupo, la irrupción del campero japonés y de Wartburg y Skoda a nombre de la Cortina de Hierro.

 

Autojet: El álbum automotor de Chocolatinas Jet

 

Por: Camilo Ernesto Hernández Rincón
Especial para www.carrosyclasicos.com

 

Pero 1961 fue mucho más que taxis llamativos: Los dos grandes carros de la historia nacional pasaban por hitos cruciales. El 16 de julio, el reconocido Jeep Willys se convertía en la piedra fundacional del ensamble automotor colombiano de la mano de su tradicional importador, Leonidas Lara e Hijos, ganándole por un año a Colmotores que levaba cinco de constituida y le faltaba uno para iniciar labores con productos Austin. En Francia, la Regie Renault lanzaba oficialmente el R4 que casi una década después revolucionaria a Colombia. Simultáneamente se estrenaban en el mercado europeo el Simca Mil y el Fiat 1500 que para nosotros entraría en la historia etiquetado como  Zastava 1300.


Al  lado de estas efemérides automotrices, Colombia celebra el cincuentenario de uno de los productos clásicos de su sociedad de consumo: Las populares Chocolatinas Jet. Estas barras de chocolate de leche en empaque azul, son tan características de los hábitos  de consumo nacionales como los cigarrillos Pielroja, las gaseosas de Postobón o el Chocoramo, y constituyen para los colombianos lo que las Hershey para los estadounidenses. Las Chocolatinas Jet nacieron este año como producto agregado a la gama de la Compañía Nacional de Chocolates que incursionaba de nuevo en el campo de las golosinas infantiles; en parte para diversificar su catalogo de bebidas para el desayuno promedio del colombiano, y por otro lado para reactivar planes de siembra de cacao en todo el país.


Sin embargo, el gran valor agregado de las Chocolatinas Jet, bautizadas así por el famoso paso “de la mula al jet” con los Boeing 707 a reacción que estrenaba Avianca, han sido siempre sus laminas adheridas en el foil protector de la barra destinadas a llenar un álbum coleccionable. En el presente, esta el de “El Mundo de los Animales” con figuras autoadhesivas tipo Panini, lo cual supuso una revolución respecto al anterior de “Historia Natural” que estuvo en el mercado entre los años 60 y el 2005, y cuyas laminas conocieron el Colbón, el engrudo casero, o la goma arábiga. Harto conocidos estos dos álbumes de inspiración ecológica que fueron cartilla informal en nuestros tiempos escolares, eclipsaron otras series precursoras de las colecciones Jet. Cuando se lanzaron en 1961, los álbumes y sus respectivas laminas cubrían temas mas relacionados con las ciencias sociales y aplicadas: Uniformes militares, navegación marítima, aviación, y muy especialmente, el álbum Autojet, cuyas figuras nos permitimos exponer a continuación: En un álbum de papel periódico impreso en tinta verde, se compilaban 250 laminas ilustradas en color que cubrían la historia del automóvil desde los tiempos previos a Daimler y Benz, hasta las expectativas en el futuro, pasando por exhibiciones de camperos, camiones y vehículos especializados. Esta obra, cuyos derechos fueron adquiridos en la Editorial Bruguera de España, mostraba a los niños colombianos de 1961 (y con seguridad a mas de un adulto gomoso), el mundo contemporáneo que llegaba con retraso al país de la mano de los ostentosos carros de Detroit de aletas y doble farola, así como lo más representativo del auto europeo que recién se degustaba: Renault Dauphine, Peugeot 404, Mini Morris, o el Ford Taunus alemán que parecía clon europeo del Falcon. Se supo que en la Unión Soviética se producía el Moskovitch, y que el menospreciado imperio japonés hacia los raros Datsun o Toyota. Finalizaba el álbum con un compendio ilustrado de las normas españolas circulación y transito.


La presente es una muestra incompleta de este olvidado álbum que nos ofreció Chocolatinas Jet hace medio siglo a los colombianos, que para muchos fue una ventana al mundo automotor, casi profética de lo que conocemos ahora, y que para el aficionado a los carros es un tesoro incunable; mucho mas escaso y valioso que la lamina numero uno del actual álbum de animales, y que se une a la parafernalia de coleccionables dedicados al tema automotor que de vez en cuando han aparecido en Colombia.

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