Chevrolet Corvair en el Tapón del Darién

 En 1961 el reconocido fotógrafo estadounidense Carl Turk vinculado al prestigioso diario The Chicago Tribune tuvo una idea, la cual compartió con los directivos del periódico. Quería hacer una travesía en automóvil entre Alaska y Argentina (un recorrido de aproximadamente 30 mil kilómetros), la cual sería retratada con su lente. A los directivos del afamado medio de comunicación la idea les pareció atractiva y sin duda alguna algo que gustaría sus lectores. 

Por: Roberto Nigrinis

Fotografías: Automobile Quarterly, Ricardo Plano Danais y Archivo de www.carrosyclasicos.com

Para tal fin entraron en contacto de la General Motors cuyos ejecutivos encargados de la División Chevrolet vieron en la propuesta algo interesante, con el fin de  promover su novedoso y radicalmente distinto Chevrolet Corvair, que había sido lanzado al mercado en septiembre de 1959  (con gran éxito 26 mil unidades vendidas en dos días) y cuyas principales virtudes estaban en el reducido tamaño de su atractiva carrocería monocasco y en contar con un motor trasero de seis cilindros opuestos enfriado por aire y que producía 80 HP de potencia. Lo del propulsor enfriado por aire que ofrecía un excepcional comportamiento frente a los motores de refrigeración líquida, era algo que querían mostrar de forma muy sonora los encargados de marketing de Chevrolet.

La General Motors aportó al proyecto una buena cantidad de dinero y seis vehículos, tres Chevrolet Corvair de color rojo, todos con carrocería sedán de cuatro puertas y sin modificaciones diferentes a la del montaje de una plancha de protección inferior para el tanque de combustible y de un gancho en la parte inferior de la carrocería tanto adelante como atrás para poder halarlos en caso de necesidad. Además de los automóviles mencionados, se aportaron al proyecto dos camionetas Chevrolet Suburban Carryall con tracción 4x4, además de una versión especial de pickup también con sistema 4x4 pero dotada con una carrocería especial para llevar muchos elementos necesarios y un depósito de combustible con capacidad para 300 galones de gasolina.

Se nombró como director de la expedición a Dick Doane un reconocido piloto de carreras y a su vez propietario de una vitrina de vehículos nuevos en la ciudad de Chicago. A Doane y a Turk se les sumarían diez personas más, entre camarógrafos encargados de la filmación de la travesía y mecánicos. Sobresalía la presencia de un economista con doctorado y un músico organista.

Para iniciar la travesía se escogió el mes de enero de 1962, por ser la temporada seca en la región del Tapón del Darién en la frontera entre Panamá y Colombia. 

El recorrido desde los Estados Unidos hasta Ciudad de Panamá no tuvo mayor tropiezo, con excepción de algunas carreteras sin asfaltar. Pero la situación cambió al entrar a la selva del Darién en donde no existía vía alguna y se debía avanzar poco a poco por entre la manigua, tumbando plantas, árboles,cruzando arroyos y ríos y construyendo puentes cuando era necesario. Los suministros de alimentos, combustible, autopartes de repuesto y medicinas se debían mover por los ríos en canoas. Además las autoridades temían que los expedicionarios fueran atacados por indígenas de la tribu Kuna residentes en la región, lo cual nunca sucedió y por el contrario estos aborígenes ayudaron a los viajeros en su desplazamiento por tan inhóspita región.

Hoy en día resulta paradójico el haber utilizado estos automóviles compactos para tamaña travesia por la selva. Por lo menos los vehículos acompañantes contaban con sistema de tracción 4x4 y poderosos cabrestantes, lo que les permitía estar mejor preparados para el trato infernal al que fueron sometidos y que hizo que los Corvair llegaran a su destino bastante averiados.

Al final de la inhumana travesía, en la que los miembros de la expedición debieron soportar temperaturas muy altas, humedad extrema, mosquitos, serpientes y enfermedades como paludismo, fiebre amarilla y otras de tipo intestinal, que obligaron a que algunos tuvieran que ser sacados de emergencia de la selva para ser atendidos en Ciudad de Panamá o en los Estados Unidos. Incluso algunos afirman que uno de ellos perdió la vida.

Después de 107 días lograron llegar al punto que marca la frontera entre Panamá y Colombia. De los vehículos sólo lo lograron dos de los Corvair, el restante quedó varado al atascarse en al lodo y por falta de gasolina a pocos kilómetros de su destino, siendo desvalijado. Este es el Chevrolet Corvair que aún hoy en día permanece abandonado en la selva y que se ha convertido en protagonista de muchas fotografías. El vehículo de transporte de combustible y algunos suministros rodó a un abismo lo que lo sacó de la travesía.

Chevrolet Suburban Carryall 4x4

De allí en adelante se desconoce lo ocurrido, algunos afirman que ingresaron a Colombia y luego de múltiples peripecias fueron embarcados con rumbo a la costa atlántica colombiana, de donde partieron desde Barranquilla vía aérea con rumbo a su país de origen. Lo que se sabe casi con absoluta certeza es que jamás llegaron a Argentina, el destino final de la expedición.

Integrantes de la expedición firman la bandera de la ciudad de Chicago en la frontera entre Colombia y Panamá

El Corvair abandonado

Unos años después el Chevrolet Corvair adquirió un enemigo acérrimo, el abogado estadounidense Ralph Nader quien con su libro “Inseguro a cualquier velocidad” y cuyo protagonista central es el Chevrolet Corvair, cuestionó la seguridad que ofrecían en los años 60 los vehículos fabricados en los Estados Unidos. Con este libro y sus demandas y conciliaciones ante los tribunales adquirió gran notoriedad y fama gracias a que ganó varias demandas millonarias. Esta labor “apostólica” en defensa del consumidor de vehículos, le permitió aumentar el saldo en sus cuentas bancarias y adquirir una notoriedad y capital político que incluso lo llevó a ser candidato presidencial en su país posteriormente.

Algunas personas afirman erróneamente que el Chevrolet Corvair fue un fracaso absoluto, pero esto no puede ser cierto, ya que se fabricó durante casi 10 años con muy buenas cifras de ventas en sus dos generaciones (1960-1964 y 1965-1969). Era un vehículo que requería un manejo responsable y cuidadoso por llevar la mayor parte de su peso en la parte posterior, lo que también sucede con otros modelos con similar configuración, como es el caso de los Porsche 356, 911 etc o de otros más modestos como los Volkswagen Escarabajo,Simca 1.000, Renault Dauphine, Gordini, 8 y 10. 

El propietario de varios Chevrolet Corvair me mencionaba que la presión adecuada de los neumáticos, era algo fundamental para poder conducirlos con seguridad, y pienso igual ya que lo he comprobado luego de conducirlos.

 

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