Chrysler New Yorker Continental 1946

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial en 1945, millones de clientes en el mundo entero estaban ávidos por adquirir los nuevos modelos de vehículos que ofrecían los fabricantes. La producción de automóviles para uso civil se había suspendido en los Estados Unidos en Febrero de 1942 cuando toda la infraestructura y el esfuerzo industrial debieron ser utilizados con fines bélicos luego del ataque japonés a la base militar de Pearl Harbor en diciembre de 1941, que desencadenó la entrada de los Estados Unidos en el conflicto bélico del lado de los aliados y en contra del tenebroso eje Roma-Berlín-Tokio (léase Mussolini-Hitler-Hiroito).

Por: Roberto Nigrinis

Uno de estos clientes ansiosos, fue el magnate Lewis Rosentiel  propietario de la fábrica de licores Schenley productora de marcas de whisky tan emblemáticas como Seagram. Rosentiel quería un magnifico automóvil, pero esperaba además que fuera exclusivo y diferente. Para lo cual contactó a la empresa fabricante de carrocerías Derham Body Company, fundada en Filadelfia en 1887 por el constructor irlandés Joseph Derham y que contaba con gran tradición en el diseño y fabricación de carrocerías para vehículos Packard, Lincoln y Pierce Arrow entre otros y que se destacaba no sólo por la belleza, exclusividad y originalidad de sus creaciones sino además por la calidad y duración de las mismas.

La base elegida para el proyecto fue el Chrysler New Yorker cupé modelo 1946, el cual fue cortado a la altura del pilar B (al terminar las puertas delanteras) y se le fabricó de allí para atrás una carrocería similar a las usada en los Lincoln Continental con un baúl de apertura superior, al igual que se modificó la parte superior de las puertas y el marco del vidrio panorámico que ahora alojaba un cristal de una sola pieza, en lugar de las dos usadas en la carrocería de base del Chrysler New Yorker. Se fabricaron únicamente dos unidades para el señor Rosentiel y cada una tuvo un costo de 17 mil dólares de la época.

En la parte mecánica se conservó la del Chrysler New Yorker, con su motor de ocho cilindros en línea de 4.877 c.c (323 pulgadas cúbicas) de desplazamiento. Que producía 135 HP/3.400 rpm y un torque de 270 libras pie/1.600 rpm. Este propulsor estaba acoplado a una caja semiautomática Fluid Drive. Suspensión delantera independiente, adelante con espirales y atrás de eje rígido y ballestas. Mientras que el sistema de frenos accionado hidráulicamente era de campanas en las cuatro ruedas con doble cilindro en las delanteras.

Sin duda alguna un modelo muy original y exclusivo que logró mezclar un diseño atractivo y una mecánica muy robusta. Los dos vehículos fabricados aún sobreviven y se encuentran perfectamente operativos.

 

Visto 1572 veces Modificado por última vez en Jueves, 06 Julio 2023 16:19