Una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, Francia y Europa estaban devastadas. 

Por: Roberto Nigrinis

Se iniciaba el proceso de reconstrucción y para ello los vehículos comerciales eran una de las herramientas adecuadas para tal fin. Existía un pequeño fabricante de este tipo de vehículos llamado Chenard- Walcker que las había fabricado durante el conflicto y que por su diseño se mostraban ideales para la nueva realidad del momento. Este vehículo usaba un pequeño motor de dos cilindros de 1.021 c. c. que producía apenas 26 HP, lo que no era suficiente para mover adecuadamente el vehículo.

Ante esta realidad, contactaron a Peugeot para que les suministrara un motor más potente, lo cual felizmente se concretó. El propulsor elegido fue el de cuatro cilindros en línea de 1.131 c. c. que ya producía 30 HP y mucho más torque, utilizado en los automóviles Peugeot 202 desde 1938, y que resultó un éxito montado en la furgoneta. En 1950, el fabricante Chenard- Walcker tuvo graves problemas económicos, lo que motivó a Peugeot a adquirirla y así seguir con la producción del versátil modelo comercial.

A medida que fueron pasando los años el motor fue reemplazado por los que iban apareciendo en el mercado montados en modelos como los Peugeot 203 y 403 de mayor potencia y desempeño. En 1955 apareció el reemplazo de la Peugeot D3, llamada D4, que mostraba importantes cambios en su carrocería, aunque siguió utilizando los motores a gasolina e incorporaría por primera vez propulsores diésel usados en el Peugeot 403. Hasta su desaparición en 1965 para dar paso a la Peugeot J7, los D3 y D4 marcaron el rumbo y contribuyeron a labrar la excelente reputación de este fabricante francés en la fabricación de versátiles vehículos comerciales, casi indestructibles, que servían por igual para el transporte de pasajeros como de carga.