A finales de 1949 se presenta al mercado alemán la nueva versión del reconocido modelo Olympia, que hasta ese momento había vendido con este emblemático nombre el modelo diseñado antes de la Segunda Guerra Mundial. 

Por: Roberto Nigrinis

La presentación oficial al mercado mundial se daría el 16 de marzo de 1950 en el marco del reconocido Salón Internacional del Automóvil de Ginebra, en Suiza, donde despertó gran interés no solo por su nuevo diseño, que mostraba en la parte frontal una clara influencia Art Decó y que a su vez evocaba el frontal de un gran automóvil norteamericano, algo que no sorprendía, ya que para la época Opel formaba parte de la gigantesca corporación estadounidense General Motors. 

El nuevo Olympia estuvo disponible con carrocería monocasco fabricada en acero, que podía ser cupé de dos puertas con opción de capota de lona fácil de retirar (llamada cabrio) o station wagon también de dos puertas, pero con versión para pasajeros o carga liviana, esta última sin ventanillas traseras y que sería presentada al mercado en 1951. 

Vale la pena recalcar que la station wagon se fabricaba fuera de las plantas de Opel en la factoría de Carrocerías Miesen, que también carrozaría por encargo especial vehículos para fabricantes como BMW y Borgward.

En el apartado de motorización se montaba un motor a gasolina de cuatro cilindros de 1.500 c. c., el cual se acoplaba a una caja de cambios manual de tres velocidades hacia adelante con el manejo de la misma desde la columna de dirección. 

Este fue un detalle que llamó la atención del público, ya que las versiones anteriores del Olympia contaban con caja de cambios manual de cuatro velocidades con accionamiento desde una palanca ubicada en al piso del vehículo.

 Era un vehículo en sus diferentes carrocerías, muy fuerte y durable, que además ofrecía facilidad de reparación por su sencillez y disponibilidad de piezas de repuesto a bajo costo, todo apoyado en una amplia red de servicio tanto en Alemania como en el resto de Europa.