Prueba Volkswagen Bora

 

Por: Roberto Nigrinis Velandia

El Volkswagen Bora GLI que fue presentado en el pasado Salón de Bogotá, comparte plataforma con su primo el Audi 4. Su carrocería sedán esculpida con líneas bien definidas y armónicas, transmiten poderío sin perder belleza. En su frontal una parrilla diseñada siguiendo los parámetros de la marca y remarcada por una sutil línea roja, armonizan con los faros dobles con iluminación de Xenón de calidad indiscutible, a los que se suman exploradoras, produciendo un efecto no sólo óptico sino efectivo cuando se viaja en la noche.

La cola del Bora ha sido trabajada en concordancia con el resto, ya que sus grandes luces no sólo impactan por tamaño y diseño, sino también por su gran luminosidad y potencia.

Al abordar el auto, recibimos también gratas sorpresas, allí encontramos tapicería en cuero, que recubre unas sillas de sobresaliente ergonomía, estupenda sujeción lateral y calefacción para clima frío, además de un panel de instrumentos con diseño muy deportivo con iluminación azul y el cual informa de manera completa, no sólo sobre el funcionamiento mecánico del vehículo a cada instante, sino que también nos orienta sobre nuestra posición geográfica, la temperatura ambiental, el consumo promedio de combustible y cuanto camino podemos recorrer con el combustible restante, además de otro sinnúmero de funciones a las que podemos acceder mediante sencillos botones ubicados en el timón y sobre las cuales tenemos dominio absoluto mediante una pantalla montada en el panel de instrumentos. En el tablero también encontramos el radio con capacidad de reproducción de hasta 6 discos compactos incluso en formato MP3, al igual que los mandos para el manejo de aire acondicionado (Climatronic) que cuenta con mandos independientes para cada lado de la cabina, con lo que la comodidad abordo incrementa de manera importante y que como elemento adicional ofrece ventilas regulables para los pasajeros de atrás. Para guardar objetos tenemos disponible una amplia guantera, que se complementa con útiles porta objetos en las puertas delanteras con espacios destinados para los discos compactos y objetos pequeños.

El timón también es una pieza muy atractiva, primero por su forma recortada abajo que permite acceder al puesto de conducción de manera más sencilla, al igual que por el espacio diseñado para llevar las manos, sin duda alguna una obra maestra de la ergonomía y la practicidad. También desde su parte frontal podemos manejar el radio y acceder al manejo del computador de abordo, sin pasar por alto que sin retirar las manos del volante, también se puede manejar la caja de cambios secuencial.

El habitáculo insonorizado de manera perfecta y calculado para absorber la energía de una colisión, es muy amplio y en él pueden acomodarse 5 personas, las cuales cuentan con un amplísimo baúl, el cual puede ampliar su tamaño, abatiendo parcial o totalmente el espaldar de la silla posterior.

Como equipo encontramos vidrios, espejos y bloqueo de puertas de accionamiento eléctrico, este último se activa de manera automática cuando el auto alcanza los 25 Km/hora, además de techo corredizo con sensor de objetos extraños, que evita accidentes al abrirse cuando detecta obstáculos mientras se está cerrando.

En el apartado de dispositivos de seguridad tenemos airbag tanto para el conductor como para el copiloto (el de este se desconecta automáticamente cuando detecta la silla vacía), a los que se suman los ubicados en los espaldares de las sillas delanteras y los laterales tipo cortina a lo largo de los costados de la cabina. También tenemos las habituales defensas colapsables, barras de protección en las puertas, el sistema de frenos con ABS y EBD, además de sistemas electrónicos para el control de potencia del motor cuando las ruedas patinan y bloqueador electrónico de diferencial que contribuyen con la seguridad al conducir al ayudan a controlar un vehículo como el Bora que cuenta con un motor de 200 HP, y que no siempre es conducido por manos expertas.

El motor es una verdadera joya de la tecnología y un reloj suizo por su precisión. Tiene cuatro cilindros, 16 válvulas, turbocargador, intercooler y sistema de inyección directa FSI, doble eje de levas y radiador de aceite que le permiten producir con mínima vibración y bajo nivel sonoro 200 briosos caballos y un torque de 27,8 Kgm disponible entre las 1.800 revoluciones por minuto (momento en que entra en acción el turbocargador) y las 5.000 rpm , lo que produce como resultado disposición de torque casi a todo rango de revoluciones, lo que se traduce en una aceleración realmente brutal, una respuesta inmediata al pisar el pedal derecho y un poder de recuperación digno de resaltar, algo invaluable al momento de rebasar a otro vehículo.

Esta fábrica de potencia pura, se aprovecha mediante una caja de seis cambios que permite tres tipos de manejo, automático tradicional, sport, que realiza los cambios de manera óptima para lograr mayor aceleración y secuencial que permite subir y bajar los cambios a voluntad hasta llevarlo hasta la zona de control de revoluciones. Esta última posición resulta ideal para quien desea un tipo de conducción similar a la de un automóvil dotado de caja mecánica, pero con la ventaja de no tener que accionar un pedal de embrague.

El comportamiento en ruta es muy neutro y predecible sin importar la velocidad, principalmente por la buena configuración de las suspensiones, adelante McPherson y atrás independiente multibrazo, que tienen la dureza justa para controlar la potencia de auto a cualquier rango de velocidad sin resultar agotadoras para los pasajeros.

En el apartado de frenos, los discos en las cuatro ruedas con servo asistencia lo detienen con gran precisión y en muy poca distancia. Este sobresaliente comportamiento rutero recibe el apoyo importante de unas llantas Michelin de perfil bajo(serie 45), las cuales se montan en unos bonitos rines de aleación ligera, que además permiten una buena ventilación de los discos de freno que son oprimidos por mordazas pintadas en color rojo que le dan un aspecto “Racing” bastante llamativo.

A la agradable sensación de manejo también contribuye el sistema de dirección de cremallera, que recibe asistencia eléctrica, que no le quita potencia al motor y el cual se endurece a medida que aumenta la velocidad.

Resumiendo es un automóvil muy bonito, con un equipamiento de primera, el cual se comporta como un cómodo sedán de lujo o por el contrario como todo un deportivo, con la gran ventaja de no tener que bajarnos de un carro para pasar a otro.

 

Conductor invitado: En esta ocasión invitamos al ingeniero Rolando González, que nos comentó sus impresiones de manejo sobre el Volkswagen Bora, luego de algunos kilómetros de recorrido. “Primera impresión luces encendidas todo el tiempo que me parece incrementan la seguridad en el camino. Al abordar impresionan el buen soporte lateral de las sillas. La aceleración es brutal, hay que tener precaución para no cometer imprudencias al volante dada la gran potencia del auto ya que todo sucede muy rápido. El interior es elegante aunque la visibilidad trasera se ve comprometida por un baúl alto buscando dar buen espacio de carga. La caja automática funciona de manera excelente y aprovecha bien todo el potencial del motor ya que transfiere de manera optima la potencia a las ruedas”.

 

FICHA TECNICA
Motor

4 cilindros, Turbo, 16 válvulas

Cilindrada
2.150 c.c.
Potencia
200 HP/5.700 rpm
Torque
27.8 Kgm/2.000 rpm
Indice de Compresión
10.3 a 1
Alimentación
Inyección electrónica directa FSI
Caja

Automática secuencial de 6 velocidades

Distancia entre Ejes
2.578 mtrs
Suspensión
Delantera: Independiente McPherson
Trasera: Independientemultibrazo
Depósito de Combustible
14.5 galones
Largo/Ancho/Alto
4.54/1.76/1.463 mtrs
Frenos
Discos en las 4 ruedas
Velocidad Máxima
205 Km/hora
Llantas
225/45 R17"
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