BFG una moto francesa
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Italia, Alemania, Inglaterra, España, Austria y Japón, son países con gran tradición en el desarrollo, diseño y fabricación de motocicletas con gran reputación en el mundo entero. Pero en este universo de las dos ruedas, Francia no ha sido un país tan destacado. Por eso sorprende la existencia de la motocicleta francesa BFG que protagoniza esta nota.
Texto: Roberto Nigrinis
Imágenes: Archivo www.carrosyclasicos.com
La historia comienza en 1978 cuando la cámara de la industria francesa abrió un concurso para los interesados en diseñar y fabricar una motocicleta 100% francesa, para lo cual la totalidad de sus componentes deberían ser fabricados en territorio galo.
Tres profesores de francés de un colegio, Louis Boccardo, Dominique Favario y Thierry Grange decidieron participar en la convocatoria pública desarrollando su idea sobre lo que debería ser una motocicleta para este país. Para desarrollar y producir la motocicleta se utilizó una planta que había sido usada para la fabricación de partes para el avión supersónico Concorde.
La producción comenzó en 1982 y hasta finales de 1983 se llego a las 400 motocicletas. Entre 1984 y 1988 no se produjeron más de 150 unidades. Esto debido a múltiples dificultades principalmente económicas. Una buena parte de las motocicletas producidas fueron destinadas al cuerpo de gendarmería, o sea la policía francesa. En 1989 las partes de producción y los repuestos fueron adquiridos por el “Atelier precisión” que produjo motocicletas con sidecar. Esta aventura industrial terminaría en 1996, cuando los saldos de producción, repuestos y manufactura fueron vendidos a un club de propietarios de motocicletas de la marca para la conservación de los vehículos.
Propuesta tecnológica
Se diseñó un robusto marco en acero y se montó un motor Citroen de cuatro cilindros opuestos enfriado por aire, que se había usado en el modelo GSA que producía 70 HP/5.500 rpm acoplado a una caja de cambios manual de cinco velocidades, el cual se cubría con un carenado plástico. Debido a que la industria francesa no producía suspensiones ni componentes para el sistema de freno para la motocicleta, y se debió recurrir al reconocido fabricante de componentes para freno Brembo y al proveedor de suspensiones españolas Telesco.
Aunque vale pena recordar que a algunas pocas unidades se les montó un motor Citroen más pequeño de dos cilindros opuestos enfriado por aire, que no convenció durante las pruebas dinámicas. Se proyectó montar un motor diésel también de origen Citroen, pero esto jamás se llevó a cabo debido a múltiples factores.
Como datos curiosos vale mencionar que para completar la integración francesa, el panel de instrumentos se tomó del Renault 5 turbo y en algunas versiones el faro delantero se tomaba del usado en el Renault 16.
El desempeño de la motocicleta era bastante bueno, sus frenos y suspensiones fueron muy destacados pero su peso final para muchos expertos era excesivo (267 kilos). Mientras que su velocidad máxima era de 200 Km/hora.